Como todos sabían, hoy viernes era el día de la fiesta del agua en el campus de verano, y como era de esperar, la paciencia en el desayuno escaseaba. Tras un buen desayuno energético, perfecto para el gran día que les esperaba, los niños y niñas se apresuraban a sus respectivas habitaciones para ponerse el bañador y las chanclas.
Nada más levantarse se encontraron con un tobogán de agua de más de 25 metros de largo, un dragón gigante por el que salían lenguas en forma de toboganes, y un tobogán hinchable acuático para los más peques. Pero lo mejor para todos ellos fue, la máquina de espuma, que dejó instantáneas dignas de ver…
Los chicos y chicas, reían, disfrutaban, y bromeaban, alguno incluso aprovechó para tomar el sol o jugar a las cartas con su grupo de amigos nuevos. Tras una mañana pasada por agua, espuma y diversión, los campistas se dirigieron a comer y a descansar, ya que por la tarde se jugaban los últimos partidos de las competiciones del Draft Felipe Reyes ’17.
Una competición, la cuál, se ha vivido muy intensamente por campistas y monitores, ya que había una lucha y competitividad sana por cada balón, en los que hemos podido estar presentes en momentos en los que hemos comprobado que tipo de personas serán todos nuestros campistas; chicos y chicas ilusionadas con lo que se hace, humildes y sacrificadas por el bien del equipo, algún fundamental en la vida y en el deporte.
Aquí no ha habido ganadores y perdedores, los campistas nos han demostrado de la pasta que están hechas, y los valores por los que trabajamos cada día, ellos los llevan innato, por ello, cada momento competitivo ha estado cargado de emoción donde los monitores y organizadores del campus, hemos sido unos simples viajeros, no dando crédito a lo bonito que hemos visto durante todos estos días.
Mañana, desafortunadamente es el día de las despedidas, un día en el que seguramente habrá más de una lágrima, pero de lo que estamos seguro es de que esta IV edición del Campus de baloncesto Novaschool Felipe Reyes, ha sido toda una experiencia para todos y que jamás olvidaremos.
Pero, como cada año, la velada de la última noche es siempre diferente y especial, así pues, esta noche la vamos a disfrutar todos juntos, cantando, bailando y disfrutando de los últimos momentos juntos, que sin duda repetiremos el verano próximo.
¡A disfrutar lo que nos queda!